Mes de María 2021

“Con la mente y el corazón en el momento presente” (San Pedro Poveda)

Este año escuchando los gritos de nuestro mundo, queremos celebrar este mes
teniendo presente lo que estamos viviendo como país. Seguramente nuestra mente está
cargada de imágenes de la contingencia de estos últimos tiempos, imágenes que tienen
que movilizarnos a generar cambios profundos en nuestra sociedad, cambios que de
verdad se traduzcan en una mayor justicia para todos.

María en nuestro continente es reconocida como Madre de Justicia, Madre de la
Paz, por eso queremos pedirle que interceda por todos los que poblamos América. Lo
hacemos con la confianza que brota desde los inicios de la Institución Teresiana, cuando
San Pedro Poveda vio en María un pilar fundamental de nuestra espiritualidad:

  •  “Que la Santísima Virgen sea siempre nuestro consuelo, nuestra esperanza y
    nuestra madre”.

Como familia Teresiana caminemos con María durante este mes, proponiendo
caminos de esperanza. Pidámosle por todos, en especial por las familias del colegio,
ayudándonos a restablecer la lucidez para ser constructores de una sociedad que
construye y no descalifica, regalándonos la creatividad para asumir generosamente
nuestra misión de ser agentes de cambio.

¿Cómo podemos participar?

  • En el caso de los más pequeños, preparando juntos el cuaderno de María.
  •  Participando de la campaña “Regalo para un hermano”.
  •  Orando en familia.

Desde ya contamos contigo en la celebración de este significativo mes, durante el cual
queremos ser una sola familia orando junto a nuestra Madre.

Equipo de Pastoral Social

VIDEO: A continuación les compartimos lo que fue el inicio del Mes de María con los estudiantes de Preescolar en compañia de sus profesoras:

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A MARÍA

 

Virgen Santa, Tú que eres mi reina, mi dueña, mi madre y todas mis cosas, ilumíname, protégeme y no permitas que yo me olvide de ti, para que tu recuerdo sea mi luz, mi fortaleza y mi consuelo.

Yo, Madre mía, me consagro en alma y cuerpo a tu servicio y de hoy en adelante tuyos son mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón y todo  mi ser.

Cuídame Señora mientras viva en la tierra y llévame después al cielo para gozar contigo de la presencia de tu Divino Hijo por eternidad de eternidades.

Amén